Los rellenadores gap fillers se aplican cuando se busca garantizar la conductividad térmica del compuesto en una batería de coche. Capaz de lograr que se disipe la temperatura, el gap filler se utiliza para enfriar de un modo confiable y seguro. ¿Quieres entender cómo es su funcionamiento en el caso de las baterías de vehículos eléctricos? Continúa leyendo, a continuación, te explicaremos en profundidad cómo los gap fillers pueden optimizar el funcionamiento de los coches eléctricos, consiguiendo que estos respondan a las necesidades de la actualidad.
Los gap fillers tienen la capacidad de contribuir ampliamente en la industria de los vehículos eléctricos, puesto que no solo mejoran su productividad, sino que también alargan la vida útil de sus baterías. Esto sucede al mismo tiempo que consigue una reducción de las piezas de trabajo, lo que redunda en menores costes de producción. Sigue leyendo para descubrir más ventajas.
Características los gap fillers
Los gap fillers son, en concreto, una silicona con una textura blanda que tiene la capacidad de comprimirse. Su principal beneficio es que puede hacer que la temperatura se mueva desde una fuente de calor hasta una fuente fría. La efectividad que consigue en esta materia le brinda una ventaja a la hora de conseguir un manejo eficiente de la temperatura en el trabajo con baterías de coches. Estas cualidades de gestión térmica impactan positivamente en el rendimiento de los vehículos eléctricos y, como hemos dicho, aporta una gran cantidad de beneficios a esta industria. Además, al ofrecer un sistema de refrigeración que ayuda a la conducción térmica directa, permite resolver problemas de un modo sencillo.
Para comprender mejor el alcance de los gap fillers, volvamos un paso atrás para entender de qué hablamos cuando pensamos en su eficacia, en lo que a las baterías de coches respecta. Estamos hablando de un material compuesto de silicona, que generalmente asociamos a un uso como pegar o sellar materiales, pero si nos remitimos a su química, se trata de un polímero inorgánico que alterna átomos de silicio y oxígeno. El resultado de esta composición se caracteriza principalmente por tener un efecto directo en las baterías de vehículos eléctricos: su gran estabilidad a altas temperaturas. Las siliconas que son conductoras térmicas son confiables a largo plazo para transferir el calor, dentro de un amplio rango de temperaturas.
¿La clave del mayor rendimiento?
En el trabajo con baterías de alta tensión para vehículos eléctricos, uno de los aspectos que no pueden descuidarse de ningún modo es la gestión de la temperatura. En las baterías, las celdas solo serán capaces de ofrecer el máximo rendimiento si se encuentran un rango determinado y, en todos los casos, el objetivo principal es evitar su sobrecalentamiento.
Con el objeto de lograr que los vehículos eléctricos consigan responder a los requisitos que el mercado les impone en la actualidad (seguridad, rendimiento y tiempos de carga reducidos en relación con la autonomía), se utilizan compuestos de transferencia de calor. Esto permite que el calor que se provoca por el mismo funcionamiento de las celdas de la batería se distribuya.
Los gap fillers, entonces, asistirá la gestión térmica activa para las baterías de los vehículos eléctricos, consiguiendo que la carga y descarga de las celdas transfiera el calor que causa a las estructuras de refrigeración para que el funcionamiento de las mismas se mantenga en una temperatura óptima.
¿Cómo se aplica?
Para entender su aplicación, debemos situarnos en el proceso de producción de baterías que, como todos los procesos, consta de diferentes instancias. La aplicación los gap fillers se da en una etapa denominada instancia de unión. En este momento, el material se aplica en la bandeja con alta precisión, siguiendo un patrón que evita que se incluya aire. Sobre esa capa se ubican las unidades de las celdas. En este mecanismo es clave que no se incorpore aire, algo que no es nada sencillo.
Los patrones de aplicación tienen diferentes funcionalidades y modelos: existen serpenteantes, de líneas paralelas o con forma tipo hueso. El trabajo con estos patrones requiere una investigación para ser definido, pero, al hacerlo, se consigue ahorrar tiempo y dinero.
A la hora de aplicar los gap fillers en la línea de producción, la delicadeza que requiere la aplicación merece una atención especial en términos de control de calidad. Esto es así porque, mediante la aplicación de un sistema de visión integrado, se puede detectar cualquier error de aplicación del patrón. Este se puede lograr con un sistema de cámaras que se integre al cabezal medidor.
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