Existe una gran variedad de productos que se utilizan para lubricar. Grasas, aerosoles, desengrasantes, soluciones lubricantes, etc. ¿Cómo saber qué tipo de lubricantes industriales existen? En este artículo veremos cuáles son las características principales de dichos productos.
A la hora de elegir lubricantes industriales, debe saber que en el mercado existen una gran variedad de alternativas sintéticas que prometen un desempeño más superior y una protección que cuida la vida útil. Distintas familias de productos prometen muchos beneficios, pero no siempre es sencillo elegir entre ellos. Sigue leyendo para entender en profundidad cuáles son los más elegidos y por qué.
¿Cuál es la función de los lubricantes industriales?
Los lubricantes son una fina capa que se interpone entre dos piezas para evitar el deterioro que se produce por la fricción entre ellas. Pero esta no es la única función de los lubricantes, ya que tienen otras propiedades fundamentales como la de ayudar a sellar y refrigerar.
Esta capa de fluido suele tener un espesor inferior a una micra y se coloca entre dos superficies para reducir el contacto. Cuando en distintos procesos se utilizan piezas metálicas, estas tienen resistencia al movimiento y, como suelen poseer salientes y aristas, se realiza una acción abrasiva. Esto hace que mucha energía se pierda generando calor o desgaste. El lubricante industrial posee una base con propiedades de fondo y aditivos que se incorporan de acuerdo a las necesidades específicas de cada aplicación. Por este motivo, cada lubricante está pensado para un uso concreto.
¿Desde cuándo se usan este tipo de lubricantes?
Hace muchos siglos, la grasa animal se empleaba como agente lubricante. Esta tradición se remonta hasta la época de una de las civilizaciones más antiguas que conocemos: la de los egipcios. Se sabe, por descubrimientos posteriores, que por esos tiempos se combinaba cal con grasa o aceite vegetal para trabajar las maquinarias y los carruajes.
Unos siglos después, ya llegando al siglo XVIII, se desarrollaron los primeros lubricantes minerales. Pero fue en el siglo XX, con la revolución del motor a vapor, cuando aparecieron los primeros lubricantes a base de jabón metálico con distintas aplicaciones. Otra fecha hito en esta línea de tiempo que traza la trayectoria en el uso de los lubricantes modernos es el año 1950, cuando se incorporó finalmente la grasa multiusos con litio, uno de los lubricantes más usados hoy en día.
En la actualidad, la mayoría de los lubricantes se hacen con base de petróleo crudo, aceite de ricino, girasol u oliva.
Los distintos tipos de lubricantes industriales
Como hemos mencionado anteriormente, además existen diversos tipos de lubricantes que se utilizan para distintas máquinas y herramientas. Podemos comprar cinco tipos de lubricante que son los más utilizados: cada uno de ellos tendrá una aplicación especial, siendo requerido por distintas industrias que aprovechan sus características particulares.
- Sólidos: La composición molecular de estos materiales ofrece mínima resistencia y se pueden usar en las piezas para facilitar su movimiento sin que sea necesario sumar más lubricación. El grafito es un ejemplo que se emplea en condiciones de lo más extremas. Estos lubricantes pueden presentarse en polvo, grasa, pasta o barniz.
- Grasos o lubricantes semisólidos: son lo suficientemente densos para cubrir un amplio rango de temperatura, velocidad y carga. Suelen componerse de aceites aditivos y de agentes espesantes.
- Líquidos: son los aceites de lubricación con base mineral y sintética.
- En aerosol: sobre todo para las tareas de mantenimiento, se utiliza mucho el aerosol lubricante. Con uso sencillo y apropiados para industrias que necesitan productos seguros.
- Aceites hidráulicos: se emplean para facilitar la transmisión de la potencia.
5 beneficios del lubricante
Las ventajas de utilizar lubricante en maquinarias y herramientas son múltiples. Algunas de las más importantes son:
- Se reduce el rozamiento para mejorar el rendimiento y reducir la cantidad de carburante consumido.
- Se evacúa el calor al enfriar el motor, lo que evita que las piezas se deformen.
- Se garantiza la duración del motor, porque se protegen los órganos mecánicos.
- Se refuerza la impermeabilidad
- Gracias al filtro de aceite y drenaje, se mantiene la limpieza y se eliminan impurezas del motor.
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